jueves, 13 de agosto de 2009

Dani Jarque. La hipocresía del dopaje-.

¿cree el lector que una persona con 26 años y algún tipo de insuficiencia cardiaca o trastorno no hubiera dado signos de la misma hasta esa edad?. Estas cosas se detectan, máxime con los continuos controles médicos a que están sometidos los futbolistas. Muere el futbolista, practicante del opio del pueblo, y nace el ídolo. El ídolo ya no puede morir. Lo que ha pasado realmente es que el tio éste estaba dopado hasta los huevos, es decir, seguramente con nandrolona o cocaína, sustancias ambas bastante utilizadas en el fútbol. Los anabolizantes y demás basura pueden provocar shocks anafilácticos e infartos, paradas cardíacas, pues entre uno de sus muchos efectos secundarios, además de la idiocia que padecen los culturistas, grandes consumidores de esta basura, es el aumento de potasio en sangre, que puede causar paros cardíacos. Los futbolistas también se dopan y son bien dirigidos por estúpidos y corruptos médicos. Claro. Se practica la autopsia. Nadie dice nada. Todo el mundo calla la verdad para que no muera el ídolo. Un ídolo tramposo.
La hipocresía del deporte y del dopaje. Un secreto a voces.